lunes, 24 de mayo de 2010

Fallo Técnico

Una de las principales preocupaciones de las personas voluntarias en el CAAC es conseguir que los perros y gatos tengan una estancia lo menos desagradable posible mientras llega la ansiada adopción. En el caso de los perros, eso pasa por conseguir que todos puedan salir a pasear 20/25 minutos fuera de sus jaulas cada día. Entre semana es bastante complicado, dado que el número de voluntarios es escaso (a pesar de que se nos intente vender otra realidad) y los paseos ven reducido su tiempo a pesar del redoblado esfuerzo que hacen las personas que suben entre semana. Hasta ahora parecía existir un pequeño "oasis" los fines de semana, en que los perros podían salir de sus jaulas durante algo más de tiempo e incluso había opción a "repetir" o dedicar más tiempo a los animales (oasis bastante relativo, ya que algunas personas subiendo a las 11.30 y sacando una o dos jaulas ya se dan por satisfechas, se cuelgan medallas y son las primeras en anunciar luego a bombo y platillo que "han salido todos", obviando el hecho de que eso se consigue gracias al esfuerzo de otras personas que están dando el callo desde las 10h hasta las 14h).
En todo caso, se venía notando en las últimas semanas que ese oasis empezaba a dar síntomas de sequía, cada vez costaba más sacarlos a todos, se llegaba cada vez más justo, había que apretar más en los paseos para poder sacar más perros, ya no había tiempo para hacer paseos largos e incluso se llegaban a hacer paseos de 10 minutos, deprisa y corriendo para que por lo menos pudieran hacer sus necesidades fuera de la jaula y no tuvieran luego que convivir con su propios excrementos durante horas... Hasta que ha pasado lo que tenía que pasar, el domingo 24 de mayo quedaron 12 jaulas por salir. Algo impensable no hace mucho, ya que fue un domingo climatológicamente impecable y si precisamente existía algún problema los domingos era organizarse con tanta gente rondando por el CAAC sin orden ni concierto.
Cada cual puede interpretar este hecho como quiera, por nuestra parte entendemos que es otra demostración más del FRACASO ABSOLUTO del Programa del Voluntariat que desde hace aproximadamente un año se está intentando instaurar con más pena que gloria en el CAAC. El "responsable del Programa del Voluntariat" es incapaz de desarrollar la labor por la que está cobrando cerca de 27.000€ al año, no coordina ni organiza al voluntariado, no tiene ni idea de animales ni tampoco sabe tratar adecuadamente a las personas. Se escuda tras cifras fantasiosas y niega la realidad, es incapaz de captar, motivar y fidelizar a nuevos voluntarios, en lugar de solucionar los problemas existentes dedica más tiempo a buscarlos donde no los hay y a crear problemas nuevos, en vez de aportar mejoras concretas se entretiene en inventarse normas y protocolos que justifica con largas parrafadas carentes de sentido, critica a los voluntarios a sus espaldas dando muestras de una falta absoluta de ética y de responsabilidad profesional. No solo no defiende a los voluntarios cuando tienen algún problema sino que se esconde, adoptando el papel de víctima para justificar su inoperancia (todavía estamos esperando a que informe oficialmente al voluntariado de que existe la posibilidad de ser sancionado con 120€ por la Guardia Urbana si no se recogen los excrementos de los perros cuando de hecho ya hay un voluntario multado, mientras que para cualquier otro tema insignificante le falta tiempo para mandar mails a diestro y siniestro).
(¿Tanto cuesta incluir una frase tipo "no recogerlas puede suponer multas de 120€ por parte de la Guardia Urbana? ¿Para qué sirve un Tècnic del Voluntariat cuando no informa de algo tan vital?)

El fracaso que supone que no se puedan atender a todos los animales viene motivado por dos fallos gravísimos en aspectos fundamentales de la gestión del voluntariado.
- En primer lugar la organización: alguien con experiencia, capacidad y dedicación coordinaría adecuadamente a las personas, decidiendo qué jaulas tienen que salir y cómo, conociendo a los animales se sabe cuales pueden combinarse para evitar viajes innecesarios. Como el Tècnic habitualmente no está, ni se le espera, ni hace un horario definido, ni se preocupa, ese aspecto queda en manos de la buena voluntad, el esfuerzo y, también hay que decirlo, de la improvisación de aquellas personas que hayan podido subir al CAAC y que en medio del caos hacen lo que buenamente pueden.
- En segundo lugar, la captación de nuevas personas voluntarias está fallando estrepitosamente. Es matemática elemental: si somos pocos, tenemos más esfuerzo que asumir. Curiosamente el Tècnic del Voluntariat es víctima de sus propias cifras, que demuestran claramente un descenso de la afluencia del voluntariado.

Cifras Oficiales del Programa del Voluntariat:
- Diciembre 2009
Personas voluntarias: 727
Voluntarios activos: 392
- Enero 2010
Personas voluntarias: 758
Voluntarios activos: 156
- Febrero 2010
Personas voluntarias: 765
Voluntarios activos: 121
- Marzo 2010
Personas voluntarias: 794
Voluntarios activos: 125

¿Puede ser más absurdo el planteamiento? Mientras el número de personas "apuntadas" crece sin parar, el número de voluntarios activos (¿de qué narices sirve un voluntario inactivo?) sigue una clara tendencia a la baja en enero y febrero (con un pequeño repunte de 4 personas más en marzo). ¿Cómo se explica que hayan más personas dadas de alta y menos que acudan efectivamente?¿Cómo se pasa de 392 a 125 personas con tanta rapidez? Y no hay que olvidar que esas 125 son "virtuales", ya que si una persona viene una vez al mes y saca un perro, ya es considerada como "voluntario activo" en las estadísticas. Todos sabemos que las personas que acuden regularmente se pueden contar con los dedos de las manos.¿Por qué se desanima a las personas con ganas de formar parte del voluntariado? El trato humano recibido día a día, más allá de las falsas sonrisas iniciales y de una charla con mucha palabrería y poca utilidad deja mucho que desear.
Lo más preocupante no son los inconvenientes que todo esto provoca a las personas, sino que quienes acaban pagando las consecuencias de todo este desastre son los animales del CAAC, que no están siendo atendidos en las condiciones adecuadas. Si el Tècnic del Voluntariat tuviera algo de dignidad asumiría su fracaso, dimitiría y dejaría su puesto a alguna persona más capacitada, pero mucho nos tememos que vamos a tener que seguir aguantando su inoperancia y sus faltas de respeto durante algún tiempo más.
Por suerte no hay mal que 100 años dure...