jueves, 13 de mayo de 2010

Dudas razonables (II)

Aunque no somos grandes expertos ni arquitectos, parece que en el fondo tampoco decimos tantos disparates (o si los decimos por lo menos lo hacemos gratis, y no cobrando un sueldo que sale los bolsillos de los ciudadanos).
En un post anterior nos entretuvimos en comentar algunos aspectos poco claros de las hipotéticas obras de mejora que "antes del verano" ("en breu" según declaraciones de Sonia Frias, Directora d' Educació Ambiental de l'Ajuntament de BCN en COM Ràdio) está previsto que se hagan en el CAAC. El proyecto, surgido de una Comissió de Millores creada dentro del Consell de Convivència, Defensa i Protecció dels Animals lleva bastante retraso, ha sufrido cambios y 6 meses después... presenta un nuevo plano en el que ¡oh sorpresa! resulta que vuelve a aparecer la zona de gatos que en el proyecto original desaparecía (hasta que se vuelva a cambiar de idea, que también podría ser...).

Ahora el proyecto abandona la idea de hacer 67 jaulas y contempla la creación de 101, de las cuales 40 serían de 2,5 m2, por desgracia un tamaño bastante alejado de los 6m2 establecidos en el punto 2 del DECRET 6/1999, de 26 de gener, pel qual s'estableixen les condicions de manteniment dels animals de companyia para animales de más de 25 kg (aunque como ya comentamos en un post anterior, las perreras municipales están exentas de cumplir la ley en este punto). Se están tomando muestras del suelo del CAAC como paso previo a la realización de las obras, cuyo inicio los más incansablemente optimistas auguran para julio (¿en ese caso pararán en agosto para hacer vacaciones como hace medio país?).
Dejando de lado aspectos técnicos del proyecto sobre los que cada c
ual es libre de opinar (ya sabemos que las opiniones son como los culos: todo el mundo tiene, y en el caso del CAAC parece que algunas decisiones se tomen precisamente con esa parte de la anatomía), sigue sin quedar claro por una parte qué pasará con los animales mientras duren las obras ("realojar" 120 perros, algunos de ellos enfermos o con necesidad de cuidados especiales en otras protectoras no parece empresa fácil, especialmente porque las protectoras y refugios habitualmente saturados se saturan todavía más en verano por los abandonos), y por otra parte qué pasará con los trabajadores (si los animales no estarán en el CAAC, ¿se les dará vacaciones indefinidas hasta que finalicen las obras? ¿Irán temporalmente a trabajar a otras protectoras?¿Se les notificará que "no se requieren sus servicios hasta nueva orden"? ¿Se concentrarán todos los trabajadores exclusivamente en los gatos?(si es que no se hacen obras también en la zona de gatos...).
Sobre qué pasará con los voluntarios no nos atrevemos ni a preguntar, si no hay perros que pasear ¿se librarán de testigos incómodos durante una temporada? Claro, los gatos también necesitan atención y cuidados de las personas voluntarias pero el espacio en las jaulas de gatos es limitado... ¿tendremos que hacer turnos para poder entrar?
Se diría que quienes forman esta Comissió de Millores no conocen demasiado bien el CAAC, ni suben a pasear perros habitualmente, ni se enfrentan a los problemas cotidianos con que nos encontramos todos. El proyecto no parece que solucione uno de los problemas más habituales: cuando llueve (como hoy por ejemplo), los perros no salen de sus jaulas ni un minuto. No se contempla que los patios estén cubiertos, ni tampoco los pasillos de acceso a las jaulas, por lo que seguiremos igual que hasta ahora, a expensas de las inclemencias meteorológicas y con los animales encerrados varios días hasta nueva orden en cuanto empiece a llover.¿Tan difícil resulta prolongar unos metros los techos que cubren las jaulas y cubrir completamente por lo menos uno de los patios? El objetivo sigue siendo encerrar individualmente y aislar a los perros para que "molesten" lo menos posible, cuando en otras protectoras se están abordando con éxito otro tipo de actuaciones en espacios comunes que favorecen la socialización de los mismos. Tampoco sorprende demasiado: ya es tradición para este ayuntamiento que los animales y su bienestar sea siempre el último de los aspectos a tener en cuenta. No basta con reformar las instalaciones, hace falta además reformar y reciclar muchas mentalidades obsoletas.
Jaulas nuevas, problemas viejos...


Responsabilidades, irresponsabilidades


En los recientes episodios en los que se han visto involucrados (y perjudicados) algunos voluntarios ha sido desagradable comprobar de nuevo que quien cobra por "organizarlos" sin éxito, parece regocijarse con sus desgracias. Como mínimo no ha sabido o querido dar el apoyo necesario y se ha desentendido por completo a la hora de ofrecer cualquier ayuda a los/as afectados/as. Nada nuevo, cada vez está más claro que los voluntarios seguimos y seguiremos viniendo al CAAC porque nos preocupa profundamente el bienestar de los animales y nos apoyamos entre nosotros, no porque se nos de ninguna facilidad.
La Guardia Urbana con sus multas y la Sra. Durán con sus misivas castigan a personas voluntarias por lo que en realidad es responsabilidad del CAAC. Legítimamente, el Programa del Voluntariado es el referente último y debería responsabilizarse de lo que no hagan bien los voluntarios, como responsable civil subsidiario. Sin embargo, a cualquier persona voluntaria que sufra algún percance que requiera de atención médica sigue sin ofrecérsele ninguna mutua o centro hospitalario de referencia, cuando por Ley (y así lo refleja el Acuerdo de Colaboración que se firma entre voluntarios y ASPB) existe la obligación de contratar un seguro.
Lo que hacen bien algunas personas por iniciativa propia no suele importar si no es para que otro pueda atribuirse los méritos ajenos. Si la información relevante no circula (a pesar de que ese sea precisamente otro de los derechos recogidos en el Acuerdo de Colaboración), si los materiales son precarios, si la normativa se hace cenagosa y relativa, si no existe una formalidad en ninguna de las normas y todo se hace confuso, se castiga al último eslabón y mientras tanto se paga con dinero público a quien no cumple con su trabajo.
Falta de rigor en la confección del perfil laboral, falta de autoridad relacionada con inexperiencia e interés por solventarla, falta de coherencia en la cadena de mandos por la convivencia de departamentos distintos (ASPB y Medi Ambient), tendencia a desentenderse de las responsabilidades, animadversiones personales manifiestas poco profesionales y estrategias de intoxicación informativa muy poco edificantes. ¿Y de todo esto quien es el culpable? ¿Los voluntarios? ¿O "la Mayol", como el propio asalariado no se cansa de repetir? Otra cosa es: ¿A quien es más fácil culpar? ¿Quien está más indefenso? Pues eso…

¿Qué mensaje se manda a la ciudadanía cuando sabe que a los infractores de la seguridad vial se les "condena" a venir al CAAC?¿Subir al CAAC es un castigo?
¿Por eso no hay responsables, (en junio se cumplirán 6 meses sin director), ni los trabajadores están motivados ni con las garantías ni seguridad necesarias? ¿Tanto desprecian a los voluntarios que somos equiparables a algunos inconscientes que arriesgan su vida y la ajena con actitudes temerarias? ¿Es porque entre los que por allí andan hay personas cumpliendo sus deudas con la justicia que tratan a los voluntarios como delincuentes?