jueves, 22 de julio de 2010

Bonitas promesas, tristes realidades

Mientras desde Medi Ambient se despliega una gran campaña mediática sobre la promesa de unas reformas en septiembre (campaña bastante previsible por otra parte, ya conocemos su estilo desde hace años: primero ofrecer grandes titulares en prensa y luego si en realidad no se hace nada, pues donde dije digo, digo Diego y todos tan contentos, total la gente no tiene memoria...) la realidad diaria del CAAC gestionado por la ASPB (rebautizado como CAACB o incluso CAAB en algunos medios) nos sigue abofeteando con dureza en la cara cada día.


Las adopciones descienden un 15%, y mientras de media llegan 137 perros cada mes al Centro, en lo que va de año solo se han adoptado 331. Cantidad ridícula y a todas luces insuficiente, que provoca que perros y gatos se amontonen y en el caso de los perros se vean obligados a compartir espacios poco amplios con otros compañeros de infortunio (de dos en dos con suerte, en algunos casos hay 6 perros en la misma jaula). Convivencia forzosa que se ve agravada por la falta de higiene y limpieza, que con el calor que está haciendo provoca un olor nauseabundo e insoportable en la zona de jaulas (que ahuyenta a no pocos visitantes/potenciales adoptantes).


Cabe decir que esta situación se ve algo atenuada según quién está de turno limpiando jaulas ese día, y se hace más patente si quien está de turno es otro. Hecho absurdo, ya que se supone que los "Protocolos de limpieza y desinfección" son los mismos para todos los trabajadores. Pero el que no haya un director, ni responsable del Centro (aunque desde Medi Ambient se nos quiera hacer creer que sí, que sigue siendo el mismo solo que físicamente está en Lesseps "por motivos de salud") ni nadie que controle, dirija, tome las riendas y vele por el cumplimiento de las normas deja en manos de las (generalmente pocas)ganas de trabajar del cuidador de turno el que o bien a las 10 de la mañana se haya hecho una primera limpieza y las jaulas estén en unas condiciones mínimamente aceptables, o bien que por el contrario a las doce las jaulas sigan llenas de mierda hasta arriba mientras el trabajador de turno se fuma su cuarto cigarrillo y se toma el tercer café de la mañana.

Directores ausentes e incorpóreos, 800 voluntarios virtuales e inactivos (algún sábado por la mañana han llegado a subir solo 5 personas para 170 perros y 140 gatos) y promesas de reformas que de momento solo constan en los periódicos no contribuyen a mejorar las condiciones de vida de los animales del CAAC que, ellos sí, son muy pero que muy reales y tangibles.