jueves, 18 de febrero de 2010

Recorta, pega y colorea (maquillando la realidad)


En octubre del año pasado se presentaron al Tècnic del Voluntariat 13 propuestas en las que l@s voluntari@s pedían una serie de mejoras ("Propuestas presentadas desde la experiencia", miércoles 28 de octubre de 2009). Recogían algunos de los aspectos que necesitan atención urgente desde hace años, y que siguen sin tener visos de ser solucionados. Aunque para ser más exactos, dos de las propuestas sí que parecen haber sido "atendidas" (con grandes, grandísimas comillas).

Por una parte, la escalera de acceso, cuyo mal estado entrañaba grave riesgo de caídas y cortes debido a los bordes oxidados y rotos y al deterioro de los escalones (post del 20 de octubre). Tras años de presentar tan lamentable aspecto, ha sido reparada. Pero no precisamente por la preocupación de los responsables de la ASPB por la salud o integridad física de trabajadores, visitantes o voluntarios (de los perros ya sabemos que ni se preocupan, a no ser que haya que "sacrificarlos"). En cuanto la sra. Júlia Durán ha visto que quizás ella podía tener algún problemilla con una inspección de trabajo que decidiese evaluar los riesgos laborales del centro, ha decidido llevar adelante la rehabilitación de la mencionada escalera. Todo ello a pesar de que, si debemos creer lo que se nos promete desde hace meses, esa escalera será derribada en 3/4 meses y será reemplazada por una rampa de acceso (tal como consta en el plano de las obras prometidas desde la "Comissió de Millora"). Algo huele un poco raro en toda esta historia...
(Si el hecho de que por lo menos de momento tengamos una escalera reparada tiene algo que ver, ni aunque sea remotamente, con haber denunciado la situación públicamente a través de este blog, seguiremos aportando datos y denunciando irregularidades mientras podamos).

Por otra parte, la última petición hacía referencia a la necesidad de unos nuevos distintivos o identificadores para los voluntarios que reemplazaran a los existentes: poco prácticos, incómodos y con una curiosa tendencia a desengancharse y perderse. Después de meses y meses, por fin tenemos los "nuevos"(?) identificadores. Son prácticamente iguales. La única diferencia es que ahora tienen dos caras, y en la de atrás pone el nombre de la persona. Dejando de lado el hecho pintoresco de que son los propios voluntarios quienes tienen que recortar con tijeras y montar los identificadores, no acabamos de entender que mejora o cambio significativo aportan. ¿El hecho de que tengan nombre los va a hacer indestructibles, va a evitar que se caigan o enganchen como hasta ahora? ¿Cuando se pierdan tendremos que pagar una multa? ¿Se nos dará otro? ¿Las personas que pierdan el identificador perderán el derecho a entrar en el CAAC?

Lo que más nos intriga es saber qué piensa hacer el Tècnic con todas las hojas impresas que van a sobrar, (que van a ser muchas), ya que aunque siguiendo la habitual política de deformar la realidad desde el Programa del Voluntariat se habla de 727 personas inscritas como voluntarias, de las cuales se supone que 392 están "activas", los que vamos habitualmente sabemos que esas cifras no se corresponden en absoluto con la realidad.
Existe la verdad, la mentira y las estadísticas. 392 personas entre 7 días = ¿56 personas voluntarias cada día? Ah, claro, perdón. Que se considera "voluntariado activo" también a un persona que venga 1 día al mes, aunque sea 1 hora...
Así claro que cuadran los números.


Los animales del CAAC no necesitan más estadísticas falsas, sino soluciones reales.