lunes, 27 de septiembre de 2010

ODA AL CAAC

El CAAC está descoordinado

¿quién lo re-coordinará?

El coordinador que lo re-coordine

buen coordinador será.

El CAAC se nos ha entumecido,

desconchado y desgastado,

cansado y envejecido,

se le parte el alma por la mitad.

Al CAAC le faltan ladrillos,

se les pone y repone sin prisa,

un parche, otro parche…

y vuelta otra vez a empezar

(de jaula a jaula y tiro porque me toca).

Se nos ha descompuesto el centro,

¿y quién lo recompondrá?

Y ese perro que se ha perdido

¿cómo sabe adónde irá?

(de dueño en dueño y te toca otra vez a ti).

El CAAC se ha partido y caído

¿quién lo reconstruirá?

Mueve una pieza, otra pieza

Y vuelve otra vez como está.

(de la jaula 30 a la 20 y 3 tiros sin jugar).

Se nos ha desorganizado,

Desbaratado y desorientado.

Busca la ficha, avanza 3 jaulas

¿Y ese perro en qué jaula va?

(que vuelva a la casilla de salida).

El jefe está desbordado,

a tanto curro no está acostumbrado.

Y, con ojos desorbitados,

todo can está alucinado.

Y detrás de una mesa un inepto

Busca las piezas que faltan

Sin saber qué ladrillo poner,

ni lo que hay que recomponer.

Y la que cree ser dueña

de ese pequeño reinado

coge la pluma y redacta,

¡siete cartas ya ha mandado!

No le interesan los canes,

ni los gatos, ni otros peludos;

parece que sólo pretende

joder al voluntariado.

Y el caos se apodera de todo,

Los perros se desesperan,

Se exasperan los funcionarios,

Ya no quieren volver a jugar.

El CAAC está descoordinado

¿quién lo re-coordinará?

El coordinador que lo re-coordine

buen coordinador será.

Luisma

... que 365 días no son nada ( y IV)

"Decíamos ayer..."
Un año intentando arrojar algo de luz sobre la situación en el CAAC da para mucho, como por ejemplo llevarse unas cuantas sorpresas (buenas y malas). Las mejoras que se hayan conseguido, y las que deberán conseguirse en el futuro en la perrera de Barcelona son y serán fruto del trabajo y la insistencia desde los más diversos frentes. A lo largo de todo este tiempo se han conseguido sumar apoyos muy valiosos y también ha habido que esquivar unas cuantas puñaladas traperas. Tanto una cosa como la otra han llegado desde los lugares más insospechados.

En la Administración Pública es habitual toparse con grandes muestras de insensibilidad e ignorancia en relación a cuestiones animalistas. Pero como no es un problema solo de esta ciudad o este ayuntamiento en concreto, en ese sentido no ha habido grandes sorpresas. Sin embargo resulta curioso que algunas personas confundan un supuesto activismo mal entendido con engordar su ego y colgarse la medallita de cara a la galería, y no toleran que nadie lleve adelante iniciativas que no estén bajo su control. Ese tipo de mezquindades no nos interesan demasiado, así que tampoco vamos a perder el tiempo explicando batallitas cutres (allá cada cual con su conciencia, el tiempo acaba situando a todos en su sitio).
Preferimos utilizar nuestro tiempo en cosas más productivas y acordarnos de quienes con humildad, honestidad y trabajo intentan mejorar las cosas día tras día. Desde aquí nuestra felicitación y mil gracias por todo. Intentamos seguir su ejemplo (con más o menos acierto): volviendo la vista atrás, está claro que alguna vez hemos metido la pata y de haber sabido lo que sabemos ahora tal vez nos hubiéramos ahorrado algún desliz fruto más de la pasión que del conocimiento. No somos perfectos, pero desde luego aprendemos de nuestros errores. Y sobre todo nunca perdemos de vista la finalidad de de todo esto. Lo hemos repetido una y mil veces, y aún a riesgo de ser pesados (lo somos, sí, y lo seremos si insistir es el camino para conseguir que nos hagan algo de caso) lo seguiremos repitiendo hasta quedarnos sin voz, seguiremos exponiendo, informando y denunciando hasta que en Barcelona se tomen las medidas necesarias para que la ciudad disponga de un centro de acogida para animales de compañía en condiciones óptimas, acorde con el siglo en el que estamos y la ciudad en la que vivimos.
Las actuales obras de reforma que ya han comenzado pueden parecer la culminación de un proceso, y cuando hayan finalizado nos felicitaremos todos, pero en realidad no son más que un pequeño punto de partida sobre el que comenzar a construir una actitud diferente en el trato que reciben los animales en esta ciudad. Queda mucho por hacer.

Va por vosotros, compañeros.