miércoles, 23 de febrero de 2011

Perros verdes y otras rarezas en el CAAC

La expresión "más raro que un perro verde" podría aplicarse a menudo a muchos de los sucesos inexplicables que acontecen en el CAAC de Barcelona. Y últimamente, lo de perro verde no tiene un sentido metafórico. ¡Pasen y vean, ladies and gentlemen, vean a la mujer barbuda, las equilibristas siamesas y a los auténticos y genuinos perros verdes de Collserola!

Tal como recoge el diario "20minutos" en su edición de Barcelona en portada y en la página 3 en su edición del 22 de febrero (edición en PDF), los perros del CAAC que han sido reubicados en las nuevas jaulas presentan unas extrañas coloraciones verdosas. No tan extrañas, si tenemos en cuenta el nivel de chapuza, desorganización y desidia con que se están realizando las obras.

No dejan de ser curiosas (por decir algo) las explicaciones de los responsables, resulta que la "climatología y la orografía" son las responsables del retraso en las obras, ¿acaso no sabían dónde estaba ubicada la perrera de Barcelona antes de aprobar el proyecto y fijar las fechas de ejecución? ¿Acaso no sabían antes de hacer las obras que uno de los principales motivos por los que eran absolutamente imprescindibles son los altísimos niveles de frio y humedad que hay constantemente en la perrera de Collserola? Parece que no, y ahí está el resultado: los perros, rebozados de un polvo verde (¿verde ecológico? ¿verde reciclado?) debido al incorrecto secado de los suelos que los responsables municipales se han apresurado a afirmar que no es tóxico, que los animales no corrieron nunca ningún riesgo y ya han "recuperado su color original"(?).

Puestos a fantasear, si quieren convencernos de que estos pigmentos químicos (así como la fibria de vidrio que se ha colocado en suelos y techos y el PVC de los laterales) no son tóxicos, algún representante de Medi Ambient (emulando al ministro Fraga en Palomares-1966) podría entrar en una jaula un rato hasta quedar teñido de verde. Al igual que Fraga, debería entrar con bañador porque el pigmento verdoso que destiñe no es el único error grave que presentan las jaulas.

Los desagües y la inclinación inadecuada de los suelos no solo provocan acumulaciones de agua (uno de los grandes problemas que las obras debían precisamente solucionar), sino que ahora resulta que los orines de los perros bajan por el suelo y van pasando de jaula a jaula debido a la inclinación e inexistente aislamiento en el suelo entre jaula y jaula.
De hecho, parece que las empresas implicadas en las obras, instalación de las jaulas o la caldera trabajan con planos diferentes, o más bien no se los miran. ¿Cómo es posible sino que las tapas del alcantarillado estén DENTRO de algunas jaulas o las rejillas de desagüe justo encima de donde debe dormir el animal (ver foto)? A nadie se le escapa que no es ni recomendable, ni agradable, ni higiénico dormir encima de un desagüe de alcantarillas...

Los cierres de las puertas presentan una extraña peculiaridad: solo pueden abrirse desde fuera (y no siempre fácilmente). No sabemos si se está estudiando un Protocolo de Rescate para cuando alguien quede encerrado dentro de una jaula.

Los acabados de las jaulas tampoco es que sean los mejores del mundo, ni los techos incompletos ni los laterales protegen de la llluvia, los perros más ágiles pueden saltar de jaula a jaula, rebabas y soldaduras mal acabadas, unidas con tornillos que no parece sean garantía de una larga duración, hacen dudar muy seriamente de la "inversión" realizada, ya que no hay que olvidar (y nosotros tenemos muy pero que muy buena memoria para esas cosas) que la sra. Imma Mayol declaró en su momento que estas jaulas serían reaprovechadas y trasladadas al nuevo "Parc d'acollida" que supuestamente se va (¿o habría que empezar ya a hablar claro y decir "se iba"?) a construir en Montjuïc. Parece poco creíble que estas jaulas aguanten en condiciones óptimas los 4 o 5 años que probablemente falten (siendo muy optimistas) para la construcción de una nueva perrera en condiciones.