miércoles, 6 de octubre de 2010

Las grandes ausencias


Una de las asignaturas pendientes del CAAC es la formación. Renovarse, ponerse al día, asistir a cursos y charlas, abordar nuevas teorías que permitan reinterpretar la manera en que nos relacionamos con los animales no humanos, replantearse viejas estructuras mentales obsoletas... todo ello permite no "hacer las cosas así porque se han hecho siempre así" sino incorporar nuevos métodos que ya se están utilizando en otros lugares con éxito desde hace años. Esta deficiencia puede apreciarse en el día a día y a todos los niveles: responsables municipales, gestores, trabajadores, voluntarios,... incluso muchos perros y gatos que aunque sean listos están asilvestrados, precisamente por la falta de contacto con humanos más preparados. Independientemente de lo que pasa en los quirófanos -que se nos escapa- lo que se hace bien en el CAAC es fruto más de la valía personal de algún/a trabajador/a o altruista que de la formación continuada y la planificación. Leer y escribir, escuchar y sobre todo comunicar constructivamente parece poco frecuente por esos lares.

Resulta muy curioso que las pocas comunicaciones que los responsables han hecho sobre su trabajo se hayan referido a elementos de "calidad" (Eroski, Gaceta Sanitaria y las imaginativas notas del Cap de Premsa). No hay calidad real sin formación, seguimiento, evolución y supervisión.

¡Bien¡,¡Hurra por lo que funciona!... pero mal por que se carga sobre la espalda de unos pocos.

En las numerosas actividades de reciclaje que se dan en la ciudad (nadie pide ni maletas, ni idiomas ni grandes gastos) tiene (casi siempre) que lamentarse la ausencia de los gestores, trabajadores, voluntarios y responsables del CAAC. Es que: ¿ya lo saben todo?¿Temen reprimendas por la vergonzante situación que algunos propician y otros soportan? Pasan... el peso de la desidia se hace insoportable.

Cuando en un circuito la bidireccionalidad es pecado, éste está condenado a morir.

Unas cuestionables publicaciones en revistas de marcado interés propagandístico, y alguna foto que aumenta una realidad minúscula y discontinua como el programa con marginados, es lo que sale del CAAC. ¿Y lo que entra? Nada, por que casi nadie va a escuchar otras experiencias, a aumentar su saber, a reafirmar su posición como centro municipal de recogida de los animales de una de las ciudades mas importantes del estado Español y de Europa. Decía el sábado un carismático lider animalista que Barcelona "es un buen escenario para los animalistas".... esa persona, aunque muy valiosa, está claro que tampoco conoce el CAAC.

Los voluntarios requieren también de formación, de hecho es un requisito de los planes de voluntariado, pero formación oportuna, adecuada, ofrecida y liderada por alguien creible y preparado. La autoridad ganada a través de una buena gestión de problemas, honestidad, ejemplaridad y diálogo es el mejor aval para estimular el aprendizaje. Actualmente se entiende la formación como traba y oportunidad de alienación para dividir, fragmentar y desmotivar a un voluntariado que ha de ser tan diverso como lo es cualquier grupo humano .

De momento seguirán siendo unos pocos, al margen del CAAC y pagando un alto precio, quienes recorrerán los rincones de saber. Andarán siempre tranquilos porque jamás coincidirán con los gestores del CAAC, los que deberían preocuparse por sacar este terrible lugar de la ciénaga en que se encuentra.

Otra perrera es posible. Y no es una utopía, existen, están ahí afuera. Solo hay que abrir los ojos y querer ver.