martes, 15 de junio de 2010

Perros Presuntamente Peligrosos

Como la Ley para la tenencia de Perros Potencialmente Peligrosos se creó rápidamente, sin valorar realmente las opiniones de los expertos consultados y a modo de "apagafuegos" de los graves sucesos que alarman a los ciudadanos en general, valdría la pena rectificar. Hace falta replantearse la oportunidad de multar a personas que pasean sin bozal perros de gran potencia física pero no peligrosos. Cualquiera que lleve tiempo en la perrera podrá contabilizar más pequeños incidentes con "no-GPP" que con esos fascinantes titanes de musculatura voluminosa. De hecho, cada año hay más incidentes en general con perros de razas no consideradas potencialmente peligrosas que con perros catalogados bajo este epígrafe. Una cosa es "potencialmente peligroso" por características físicas y otra muy distinta es "agresividad". Por definición no existen razas agresivas, sino individuos concretos con problemas de conducta.

(foto: Perro tan GPP como los del CAAC en el centro de Barcelona, en ua calle atestada de gente y sin bozal)

Perros que matan o hieren de gravedad a sus amos o a personas desconocidas suelen ser víctimas de maltrato, de ignorancia y de explotación. Cualquier etólogo, adiestrador, educador canino, cuidador o simplemente persona con experiencia en el trato con animales puede afirmar rotundamente que en condiciones normales para cualquier perro atacar es SIEMPRE el último recurso, y lo utiliza cuando ha agotado cualquier otra posible opción. Tendríamos que plantearnos entonces a que serie de malos tratos (mal llamados "entrenamiento" o "condicionamiento") se suelen someter a algunos P.P.P. para que actúen como actúan.

Los expertos cuestionan la norma de perros peligrosos
La educación del animal y su dueño, clave para evitar daños
J. M. PARDELLAS / E. HIDALGO - Tenerife / Madrid - 09/06/2010
"Nadie puede escapar al ataque de un perro potencialmente peligroso; si ha decidido que va a morderte, es muy complicado que te puedas escapar". Es la opinión de uno de los expertos en animales domésticos más acreditados en Canarias, Carlos Millet, horas después del ataque de un pitbull, que acabó con la vida de un niño de tres años, en Tenerife. Pero, según los expertos consultados, estos ataques son excepcionales, más relacionados con la capacidad del dueño para educar al animal que con una naturaleza violenta de este.
"La ley fracasa porque se hizo con precipitación", dice un experto. Millet incide en la personalidad, la estabilidad emocional y preparación del dueño. "Lo primero -advierte- es que estemos ante una persona realmente capacitada para poder controlar a un perro en un momento crítico". Las situaciones de peligro en domicilios, fincas, calles, parques o playas "son fruto de inexperiencia, falta de preparación para tener este animal o mala suerte".
Un Real Decreto de 2002 estableció un catálogo de perros potencialmente peligrosos. El listado incluye a razas pitbull, staffordshire bull terrier, american staffordshire terrier, rottweiler, dogo argentino, fila brasileiro, tosa inu, akita inu y sus cruces.
"Nada científico demuestra que esas razas, por el hecho de ser razas, sean peligrosas", afirma Miguel Ibáñez, etólogo de la Universidad Complutense de Madrid. "Lo que hace peligroso a un animal es la falta de socialización en periodos sensibles".
Según Ibáñez, no conviene separar a la cría de la madre y la camada hasta las siete semanas. En ese tiempo el animal recibe "información básica" para tener seguridad en sí mismo y menos agresividad. Entre las ocho y las 12 pueden empezar a convivir con humanos. "A esa edad los ven con normalidad y tienen reacciones ponderadas", afirma.
"La ley es un fracaso porque se hizo con precipitación, en respuesta a un periodo de agresiones", asevera el presidente de la protectora de animales El Refugio, Nacho Paunero. "Y determinar razas potencialmente peligrosas es su primer error. Miles de familias tienen pitbulls; los ataques son algo aislado".
Para tener un perro de esas razas basta obtener una licencia, que incluye requisitos como aptitudes psicológicas adecuadas y un seguro de responsabilidad civil a terceros no inferior a 120.000 euros. "Las administraciones deberían exigir al propietario preparación para educar a su perro; en Alemania se exige un curso de formación", reclama Ibáñez.

Mientras en Alemania es necesario un curso de formación, aquí basta con "pasar por caja" y soltar el dinero correspondiente para obtener la licencia, pasando unas pruebas básicas en cualquier centro de reconocimientos médicos y contratar un seguro de responsabilidad civil por daños a terceros. El test psicotécnico es tan ridículo que parece una broma, y las pruebas físicas o psíquicas son inexistentes, ninguno de estos requisitos capacita ni de lejos a una persona para hacerse responsable del manejo de un animal. Pero claro, el negocio es el negocio...