lunes, 15 de febrero de 2010

Al abandono: sanción. Que paguen, ya que no sienten


Dejar de atender a un animal debería dejar de salir gratis. No es cotidiano, pero tampoco extraño, que ante la negativa de acogida de animales provenientes de particulares, éstos sean abandonados a su suerte en las inmediaciones del CAAC. Algunos enfermos, otros heridos y excepcionalmente ya cadáver.
Perros sin dueños ni identificación pueden aparecer por sorpresa al alcance de voluntarios y paseantes. Invitamos a castigar severamente el abandono, porque ni el CAAC, ni sus aledaños, son el destino merecido para ningún animal.

http://www.20minutos.es/noticia/618732/0/multa/abandono/perro/
Condenan a una mujer por abandonar a una perra en la puerta de un centro de acogida
La mujer, vecina de Madrid, deberá pagar 120 euros de multa y además indemnizar a la asociación de animales El Refugio con casi 3.000 euros.
La perra, de raza Rottweiler, fue abandonada al lado de una carretera.


El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Segovia ha condenado a una mujer madrileña a pagar una multa de 120 euros por haber abandonado a una perra a la puerta del centro de acogida de animales El Refugio, en El Espinar (Segovia), al que además deberá indemnizar con 2.686,50 euros. Según la sentencia, el día 6 de mayo de 2008, Lola, una perrita ahora de seis años de raza Rottweiler fue abandonada por su dueña en las inmediaciones del centro El Refugio, al lado de una carretera con tránsito de vehículos y que estuvo a punto de ser atropellada por un vehículo.
La cartilla con los datos del animal también fue encontrada en el suelo y Lola estaba identificada con microchip. Una trabajadora del centro recogió al animal y lo trasladó a un centro veterinario en Madrid donde se le dio asistencia veterinaria, aunque, debido al mal estado en el que se encontraba el animal, los tratamientos duraron varios meses y finalmente se recuperó, aunque con un desembolso para la asociación de 2.686,50 euros. La cartilla con los datos del animal también fue encontrada en el suelo y Lola estaba identificada con microchip, por lo que desde la organización proteccionista enviaron un telegrama a la dueña para informarle de la situación de la perra y de su grave estado, pero la mujer no quiso hacerse cargo de ella. En la sentencia, que condena a la propietaria del animal por "una falta contra los intereses generales", se puede leer que "la perra fue abandonada por la denunciada en condiciones de peligro para su vida o su integridad, pues la dejó al lado de una carretera con tránsito de vehículos y, de hecho, estuvo a punto de ser atropellada".
Primera condena de este tipoAsimismo, la sentencia "considera a la denunciada autora del abandono del animal por que ella era la propietaria, según la cartilla sanitaria y el microchip, y nada hizo por recuperar a la perra después de que El Refugio le comunicará su estancia en el Centro de acogida." Nacho Paunero, presidente de El Refugio ha afirmado de que es "la primera vez que se condena por abandono a alguien que deja a su perro en las inmediaciones de un albergue y el texto es un paso adelante en la protección animal y nos anima a seguir denunciando".


También es cierto que para algunos la cifra es insuficiente y para algunos demagogos extravagante. Es obvio que la condena moral de alguien que abandona un animal debe ser muy cuantiosa y ejemplarizante para que no se abandone, no se promueva la compra impulsiva, la reproducción irresponsable ni la perpetuación de conductas propias de sociedades preindustriales.

En otro orden de cosas: recientemente trabajadoras y voluntarias del CAAC se vieron obligadas a frenar más de un intento de un desaprensivo de apropiarse de una perra de la citada raza. Presumiblemente con fines poco legales y/o razonables. La falta de medidas de seguridad, ligadas a la falta de medidas oportunas, profesionales suficientes y distribución adecuada, pone en peligro a visitantes, voluntarios, animales y personal como ya quedó de manifiesto hace dos años cuando hasta hubieron tiros, o en aquellas ocasiones en que los "dueños" de animales cuya custodia les ha sido retirada por orden judicial deciden acudir al centro a "recuperarlos", colocando a voluntarias y voluntarios en situaciones de riesgo.
Las crónicas de sucesos no deben ocuparse de lo que hoy es noticia para la conciencia ciudadana.

Castillo de mentiras

Las abundantes mentiras en el CAAC -como las relativas en su momento respecto al futuro de "Zeus"- generan otras mentiras, para así finalmente crear un castillo de naipes en el que sólo se sostiene el malestar animal. En la misma semana que ocurrió el incidente con él, al menos otros dos voluntarios necesitaron cuidados sanitarios por "malos entendidos" con perros. Hechos que no han sido puestos en común para evitar lo que al pobre "Zeus." El silencio al respecto protege a los animales y desgraciadamente a los que no son capaces de dar un buen servicio. Desprotege a los voluntarios nuevos que no tienen el asesoramiento oportuno.
Lógicamente las personas que atienden administrativamente a los adoptantes no conocen a los animales -se desprecia por sistema la rica información que voluntarios habituales podrían dar sobre sus protegidos- así que cuando son preguntados por un can en concreto suelen dar poco más que lo apuntado en la ficha veterinaria. No se sabe nada ni de su carácter, ni de sus preferencias, gustos, hábitos de evacuación, ni actitud ante los demás.

Un dato que hace destacar un perro de otro es si hay constancia de que "ha mordido". Así, una mancha en su expediente lo hace prácticamente inadoptable. Sin distinguir ni género, ni edad, ni tamaño, una nota que sugiera agresividad colgada en la puerta de su jaula se convierte en la despedida de una oportunidad nueva. Ciertas descripciones dadas con ánimo de cubrirse las espaldas hace pensar que se mantiene más que vivo el espíritu de matadero y el aliento disuasor. A pesar de ello son elevadas las devoluciones, porque no es en manos de un administrativo sobre quien debe recaer el asesoramiento sobre los canes.

Los voluntarios aprendemos a callar los incidentes para que la anécdota con la que pagamos un despiste o la inexperiencia no se convierta en una condena para el animal. Donde debería haber un etólogo hay demagogia, donde debería haber un cartel de GPP pusieron un candado, donde debería haber un perro adoptado responsablemente y reeducado hay una jaula vacia y húmeda que se ha llenado rápidamente con un nuevo inocente de 4 patas.

El CAAC no acoge ni a los animales ni a los voluntarios como debiera. ¿ A qué Mutua podemos dirigirnos cuando se dan estos incidentes? ¿Donde se exhibe el nombre, dirección y teléfono del Centro de asistencia para los voluntarios del CAAC? ¿Atendieron médicamente como merecía a la voluntaria que presuntamente fue "atacada" por Zeus y los otros heridos en el CAAC (que supuestamente tienen un seguro contratado por la ASPB) ?