viernes, 19 de febrero de 2010

Montar el numerito


La capacidad de algunos al considerar las estadísticas como representaciones fidedignas de la realidad solo puede explicarse desde la perversidad o la intelectualidad limitada. Cuando las estadísticas groseras (las que puede desarrollar un párvulo) equipara a los voluntarios de un único perro a los voluntarios de una docena, está diciendo que cada voluntario saca 6. Nos tememos que ni los huesos, ni la realidad confirman tal extremo. Las estadísticas dicen, por ejemplo, que el número medio de hijos por mujer en Barcelona provincia (año 2008) es de 1,568. Eso según el experto debería corresponder a un hijo y medio y un pelín más. ¿Van a partir alguna criatura para cumplir con las estadísticas?.
Bromas aparte, y en virtud de la mínima dignidad, lo burdo de las cifras podrá lucir ante los burócratas y chupatintas de brazos caídos, pero huele mal y desprestigia ante los mínimamente inteligentes. Y lo que es peor, resta mérito a las valiosas personas que se ocupan altruistamente de los maravillosos animales. Al voluntario que saca perros se le trata mal cada día de muy variadas maneras que no se detallan porque no son ellos los protagonistas. Sólo decir que se les desprecia con plastiquitos y numeritos en lugar de ofrecerles apoyo, medios para desempeñar su tarea y el merecido respeto. Si de numeritos va la cosa ¿por qué no cuadran los que preocupan a los ciudadanos de Barcelona, y no sólo a los que se ocupan de los perros?
Para los que expresan sus dudas por las denuncias de la irregularidad de las cifras les instamos a que se informen mejor. Y para los que dicen que la previsión de los tristes arreglos realizados era muy anterior a la existencia de este blog, sólo decirles que tenemos datos de sobra acerca del retraso en el diagnóstico, planificación, solución y evaluación de las cosas en el CAAC, como de hecho lo experimentan cada día unos 200 animales, más de mil al año y más de 100.000 animales desde que el Centro de Zoonosis abrió sus deficientes puertas.

Para acabar una última pregunta ¿ Por que las personas que conocen su nombre y apellido deben llevar cartelito identificador con él escrito, y los animales, que no hablan, carecen de chapa que los asocie a una jaula y tienen un sistema tan mediocre de registro que genera tantas confusiones? Quien no se confunde con los registros es el que no saca perros o el que saca sólo uno. Quien no pierde tiempo buscando perros en jaulas vacías, o reculando ante los GPP's, es porque no sube o porque, aunque un día se dió de alta, jamás volverá a poner sus pies en el CAAC.

Queda una imagen de las muy deficientes hojas de registro, que son facilmente manipulables, que no aportan información fidedigna de la clasificación del perro ( GPP o no) , de si las jaulas están vacías o no, de que si los perros han salido o están reservados, o si son paseables por novatos o sólo para expertos. Un mejor modo de identificación de esas variables igual le habría salvado la vida a Zeus y como mínimo ahorraría tiempo y esfuerzo a los voluntarios. Claro que el tiempo y el esfuerzo del voluntario se cotiza a la baja a pesar de que sean una parte fundamental (no exclusiva obviamente) del bienestar de los animales del CAAC.

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