jueves, 13 de mayo de 2010

Responsabilidades, irresponsabilidades


En los recientes episodios en los que se han visto involucrados (y perjudicados) algunos voluntarios ha sido desagradable comprobar de nuevo que quien cobra por "organizarlos" sin éxito, parece regocijarse con sus desgracias. Como mínimo no ha sabido o querido dar el apoyo necesario y se ha desentendido por completo a la hora de ofrecer cualquier ayuda a los/as afectados/as. Nada nuevo, cada vez está más claro que los voluntarios seguimos y seguiremos viniendo al CAAC porque nos preocupa profundamente el bienestar de los animales y nos apoyamos entre nosotros, no porque se nos de ninguna facilidad.
La Guardia Urbana con sus multas y la Sra. Durán con sus misivas castigan a personas voluntarias por lo que en realidad es responsabilidad del CAAC. Legítimamente, el Programa del Voluntariado es el referente último y debería responsabilizarse de lo que no hagan bien los voluntarios, como responsable civil subsidiario. Sin embargo, a cualquier persona voluntaria que sufra algún percance que requiera de atención médica sigue sin ofrecérsele ninguna mutua o centro hospitalario de referencia, cuando por Ley (y así lo refleja el Acuerdo de Colaboración que se firma entre voluntarios y ASPB) existe la obligación de contratar un seguro.
Lo que hacen bien algunas personas por iniciativa propia no suele importar si no es para que otro pueda atribuirse los méritos ajenos. Si la información relevante no circula (a pesar de que ese sea precisamente otro de los derechos recogidos en el Acuerdo de Colaboración), si los materiales son precarios, si la normativa se hace cenagosa y relativa, si no existe una formalidad en ninguna de las normas y todo se hace confuso, se castiga al último eslabón y mientras tanto se paga con dinero público a quien no cumple con su trabajo.
Falta de rigor en la confección del perfil laboral, falta de autoridad relacionada con inexperiencia e interés por solventarla, falta de coherencia en la cadena de mandos por la convivencia de departamentos distintos (ASPB y Medi Ambient), tendencia a desentenderse de las responsabilidades, animadversiones personales manifiestas poco profesionales y estrategias de intoxicación informativa muy poco edificantes. ¿Y de todo esto quien es el culpable? ¿Los voluntarios? ¿O "la Mayol", como el propio asalariado no se cansa de repetir? Otra cosa es: ¿A quien es más fácil culpar? ¿Quien está más indefenso? Pues eso…

¿Qué mensaje se manda a la ciudadanía cuando sabe que a los infractores de la seguridad vial se les "condena" a venir al CAAC?¿Subir al CAAC es un castigo?
¿Por eso no hay responsables, (en junio se cumplirán 6 meses sin director), ni los trabajadores están motivados ni con las garantías ni seguridad necesarias? ¿Tanto desprecian a los voluntarios que somos equiparables a algunos inconscientes que arriesgan su vida y la ajena con actitudes temerarias? ¿Es porque entre los que por allí andan hay personas cumpliendo sus deudas con la justicia que tratan a los voluntarios como delincuentes?


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