jueves, 15 de octubre de 2009

Sobre voluntarios y otras hierbas

Es tan desastrosa la situación en todos los ámbitos en el CAAC que a la hora de plantear mejoras concretas uno no sabe bien por dónde empezar (en breve publicaremos las oportunas propuestas planteadas por un buen grupo de voluntarios). Aunque son interminables los aspectos a mejorar, no es menos cierto que con un mínimo de buena voluntad y organización se podrían realizar pequeñas mejoras que harían más llevadera la situación actual, especialmente en lo que respecta a los voluntarios. La "Guia del voluntariat del Centre d'Acollida d'Animals de Companyia" , entre otras cosas nos dice claramente:
"Les persones voluntàries són una part molt important del CAAC. Hi ha moltes tasques de suport que fan que la vida dels animals al Centre sigui molt més confortable. El personal cuidador del CAAC t’explicarà com pots portar a terme aquestes tasques i quin material necessites, i tant ells com el coordinador de voluntaris t’assessoraran i ajudaran davant qualsevol dubte o problema que se’t plantegi."
La realidad por desgracia es bien diferente. Los voluntarios parecen ser recibidos más como una amenaza potencial o una molestia que como lo que son (o deberían ser) realmente: una herramienta valiosísima para el buen funcionamiento del CAAC. Ya el proceso de hacerse voluntario parece pensado para desanimar a las personas: tras insistir telefónicamente, cuando el potencial voluntario consigue comunicar es informado de que deje su nombre y teléfono y se le llamará para concretar el momento en que podrá subir y formalizar el papeleo con el "coordinador de voluntarios" (figura que NO existe actualmente, cosa que no parecen saber ni los propios trabajadores del CAAC). Esa llamada suele no producirse nunca, así que la mejor opción parece ser subir al centro y confiar en que en ese momento haya la persona responsable para formalizar los papeles. Se confía en la buena disposición de los voluntarios, pero se obvia un punto crucial: el simple hecho de firmar un papel no te capacita para pasear unos perros en situación de stress. No existe (o si lo hay no se hace público) un protocolo de actuación para los voluntarios, que deben improvisar su "formación" preguntando a otros voluntarios que por lo general no disponen de tiempo para explicar como funcionan las cosas. Al voluntario recién llegado se le "echa a los perros" (literalmente) sin haber recibido una mínima formación que le permita acercarse a una jaula a sacar un perro (o varios a la vez) con unas mínimas garantías de seguridad y confort tanto para el animal como el humano. Cómo actuar si un perro se muestra agresivo o llega a enfrentarse a otro animal. Qué hacer si un perro se escapa. Qué perros puede sacar y cuáles no. Qué es un GPP.... Las mínimas condiciones higiénicas que deben ser observadas tras el contacto con algunos animales: lavarse y desinfectarse las manos tras el contacto con un animal susceptible de padecer algún tipo de enfermedad contagiosa por contacto (sarna, por ejemplo), para evitar entre otras cosas un posible contagio al siguiente animal. Vestimenta adecuada (intentar evitar colores agresivos y amenazantes como ir vestido de negro, optar por colores más neutros y naturales como tierras, verdes, marrones,... calzado resistente y antideslizante, ya que el suelo es resbaladizo por obra y gracia de los manguerazos indiscriminados). Qué jaulas hay, dónde están, como acceder a ellas, qué hacer si no hay material de paseo en condiciones (o directamente no hay), qué correa es adecuada para cada animal, cómo colocarle la correa sin causar daño, qué hacer si el perro se niega a volver a entrar. Conservar un estado de ánimo sereno y tranquilo, evitar gritos, discusiones o actitudes nerviosas (que pueden surgir debido a la sensación de desamparo y sobrecarga que sufren los voluntarios).
Al mismo tiempo, y siendo totalmente justos, (desde este blog estamos dispuestos a sugerir siempre mejoras/críticas constructivas sea quien sea el destinatario) los propios voluntarios deberían tener mayor capacidad de autocrítica y ser conscientes de sus limitaciones y errores (nadie es perfecto). Sabemos de los perros lo que podemos y nos cuesta salirnos de algunos mitos sobre lo que conviene o no los canes. Les conviene que dejemos atrás nuestros malos rollos, los enfados y sobretodo las malas maneras ya que su uso no propicia cambios y sí convierte el paseo de los perrillos en otra experiencia desagradable más , a sumar al abandono, el chorretón, la suciedad, la tristeza y la hostilidad de otros perros que no saben cómo expresar su frustración si no es con agresividad. Pretender la uniformidad de criterios es imposible, recordar la necesidad de conseguir un solo objetivo es fundamental: el bienestar de los animales.
Es necesario romper este funcionamiento paradójico que hace que algunos piensen que cuanto peor mejor, es decir, hay quien quiere que las cosas vayan mal para desacreditar aún más a los voluntarios. Que las cosas vayan mal para dejar a la dirección en evidencia. Que las cosas vayan mal para demostrar que todo es desastroso y hay mucho que hacer y somos todos muy útiles. Pero no, hay que comprender que el futuro de trabajadores y voluntarios va ligado a los perros. Cuanto mejor estén los perros mejor estaremos todos, y si un día los perros están de maravilla y sólo hay unos pocos en situación de desamparo nos pondremos "a otra cosa, mariposa" y nos sentiremos felices de haber dado un vuelco a la situación. Cuanto mejor estén las mascotas, mejor, y otra cosa es mezquindad.

1 comentario:

  1. No soy voluntario habitual pero estoy muy ligado al Caac, dejemoslo ahí.
    Bien, solo quiero decir que estoy totalmente de acuerdo en todo lo que se ha escrito en este articulo, falta un coordinador de voluntarios, alguien que informe a los nuevos y refuerze a los veteranos.
    Yo creo que en el Caac hace falta mas comunicación y transprencia.

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