viernes, 20 de noviembre de 2009

Prioridades: paseo y formación por este orden


Parece que se está cumpliendo el compromiso de formación para el paseo de perros.¡Aleluya! Se dan las clases por la tarde y los fines de semana. A algunos les entusiasman, a otros no tanto, pero bien. A alguno le parecen obviables. Otros no pueden opinar por que simplemente no se van a poder ir si la faena no está hecha. No hay clases matinales los días laborables, ni fuera del horario del CAAC. Los horarios de los contratados parecen sagrados.
Suponemos los pocos voluntarios de las mañanas seguramente (no lo sabemos del todo cierto) no asistirían. Los voluntarios que acuden por las mañanas una vez por semana o cinco (da igual) acostumbran a saber que la gran cantidad de perros y la poca cantidad de brazos no garantizan el paseo diario de los canes. Fuera de hora tampoco es fácil acudir a clase después de horas paseando perros ansiosos o tristes. Algunos voluntarios, por varios motivos acuden en distintos turnos. Los hay muy valiosos que acuden entre las tres horas en las que está abierto por la tarde. Lo que hace valioso a un voluntario no es el horario, es el trato y la sensibilidad por todos los perros.
El tiempo cambiante, la incertidumbre y otros factores imprimen, en algunos voluntarios, la necesidad de hacer el máximo de paseos y dejar atrás otras cosas más o menos interesantes. Si hay algo que merece la pena hacer en el CAAC por encima de todo es pasear a los perros, preferidos o no, que no han salido. Darles un rato de asueto debe ser la prioridad de todo altruista aunque sea por el camino transitado por vehículos y sin libertad. No se trata de hacer números pero la calidad debe llegar a todos.
Nunca se discriminaría a alguien por limitar los paseos en función de su salud o de su disponibilidad laboral. Lo que despierta cierta indignación es que se blanda la espada del compromiso animalista y se desprecie la necesidad del paseo y se le niegue a un can recluido (o peor, a unos cuantos) un escuálido ratillo para orinar, olisquear y sentir que vale la pena aguantar hasta ser adoptado o morir.
Formación y paseo, las dos cosas, primero paseo y luego formación. Por que las clases podrían hacerse a otras horas y en otros momentos y no a costa de la precaria salida de algunos, que si no los sacan, no salen. Todos tenemos cosas que aprender pero sobretodo que los animales son lo primero. Un filósofo del CAAC dice que a pasear perros se aprende paseando. Cuanta razón tiene. Añadiríamos que las clases no podrán suplir nunca la falta de delicadeza y sentido común que algunos voluntarios exhiben. Nada de lo dicho se contrapone al sentimiento de que nos congratulamos con las clases realizadas por un profesional de la educación canina, siempre que hayan salido todos los perros.

1 comentario:

  1. Por qué no se hacen los cursos fuera del horario de voluntariado? está claro que si se hace el curso no se puede pasear a los perros, y sólo falta ésto, con las jaulas que quedan de un día para el otro últimamente!

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