martes, 5 de enero de 2010

Recordando lo básico para no cargarnos la democracia

Andamos lejos de respetar los derechos de los animales entre otras cosas, por que la falta de formación, sensibilidad o cultura los perpetua como supuestos bienes muebles, propiedad del mas fuerte. Al servicio del humano y para su antojo, sea tan denigrante o irracional como éste pudiera llegar a ser. Si los animales no son sujetos de derecho (aunque hayan personas muy meritorias que luchan para que si reciban tal consideración) las personas son sujeto, objeto, fuente y merecedora de derechos. Derechos fundamentales o mínimos son los intrínsecos a ser persona y superan las delimitaciones políticas o geográficas y han merecido el consenso, que no su estricto cumplimiento, de la mayoría de paises del Mundo.
Invitar al silencio, mediante subterfugios, a los testigos incómodos de la mala gestión del CAAC es como mínimo una torpeza y como máximo un atentado a una estructura como la democracia que, aún siendo mejorable, es la única legítima en los países civilizados. Si se hace necesario recordar que la libertad es un derecho humano fundamental e inalienable, entendemos mucho mejor por que los perros y gatos del CAAC están lejos de contar con la oportunidades de bienestar que merecen.

Declaración Universal de los Derechos humanos
Adoptada y proclamada por la Resolución de la Asamblea General de la ONU 217 A (III) del 10 de diciembre de 1948.
Artículo 19
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

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