sábado, 19 de septiembre de 2009

¿Ineficacia o crueldad?: Informe completo

Informe CAAC. Dedicado a “Jordi, el bueno”[1]

Las condiciones que presenta el llamado "Centre d'Acollida d'Animals de Companyia" de Barcelona son lamentables y vergonzosas. El proyecto todavía demasiado lejano, con demasiados interrogantes y puntos oscuros de un nuevo Centro para 2013 en Montjuïc y la promesa (todavía por demostrar y por desgracia poco creíble) de unas supuestas mejoras estructurales en 2010 no justifican la persistencia de los gravísimos problemas que aquejan al actual emplazamiento del CAAC. Resulta inadmisible dejar en manos de la buena voluntad de un puñado de voluntarios (y de algún valioso profesional) el escuálido alivio de un gran sufrimiento animal causado por la actual perrera y gatera.
La ausencia total de medidas de seguridad e higiene afecta a empleados, voluntarios, visitantes/adoptantes y sobretodo a los animales. Los profesionales parecen atrapados por un vórtice de desidia. Los voluntarios son tan necesarios como escasos, y a pesar de ello no solo no se reconoce su labor sino que se les "criminaliza" como si fueran ellos los culpables de la situación. Los animales son muchos y con necesidades muy distintas, casi todas ellas desatendidas. El abandono por parte del Ajuntament y la ASPB de sus obligaciones provoca situaciones tan inconcebibles como que desde el 1 de enero de 2010 no haya ni director ni nadie que se haga responsable del centro.
Los animales que han tenido la desgracia de ser abandonados, o haber pertenecido a humanos negligentes, al llegar al CAAC difícilmente mejoran su situación. Si brindar acogida es proteger o amparar (acepción del diccionario de la RAE), el objetivo dista de ser cumplido. El centro actual es un centro de reclusión en los términos de siglos pretéritos, orientado exclusivamente a librar de las calles perros y gatos como potenciales causantes de enfermedades. Sería razonable pensar que el sentido último del Centro es promover la reasignación de dueños adecuados a los animales que llegan a las instalaciones. O en el caso de no encontrar una familia que quiera hacerse cargo de las mascotas, ni en régimen de acogida ni de adopción, proporcionarles un entorno cómodo, seguro y agradable en lo posible. Que haya adoptantes idóneos y perros no traumatizados por la experiencia en el CAAC es milagroso. No son suficientes los adoptantes, ni todos los que solicitan un animal ofrecen unas garantías que la actual criba pueda señalar. El ruido ensordecedor por los ladridos de los perros estresados por su prolongado confinamiento (23.30 horas diarias como mínimo, eso si no llueve), la visión de los animales aterrorizados, o suplicantes, y el olor de las heces acumuladas, hace absolutamente desaconsejable la visita a menores y a personas especialmente impresionables. Es fácil ver a visitantes cubriéndose la nariz para aminorar la impresión del hedor y gestos de afectación emocional.



Iniciativas anteriores:
Desde hace años los conocedores de la situación han elevado sus quejas y sugerencias de los más diversos modos y a casi todos los responsables:
-Instancias, Peticiones, Denuncias públicas ( ADN. Es 28/05/2006 ,Cartas al Director: La Vanguardia Martes, 8 Febrero 2005, El País. Lluís Civil - Barcelona - 11/01/2005, Diari AVUI, pàgina 35. Dimecres, 26 de març del 2008,etc... )
- Entrevistas editoriales y declaraciones ( El País.C. Aguilar - Barcelona – Adn.es 15/09/09 )
- Reuniones y/o visitas con políticos: Sra. Mayol, Sr. Portabella, Sr.Fernández Díaz, Sr. Jordi Martí, Sra. Balseiro. Sra. Oranich, Sra. Rahola...
- Con técnicos: Sra. Isabel Ribas, Responsable de la Agencia Municipal de salud Pública. Sra. Julia Durán, Sr. Vallbona. Sr. Peracho...
- Con el Sr. Ribó, Síndic de Greuges de Catalunya 2003-2007 y Con la Sra. Sindica de greuges de Barcelona.
- Manifestaciones como la celebrada el 2 de octubre de 2008.
- Creación de cartas modelo en octubre del año pasado y Carta al Alcalde del Presidente de la Asociación de Voluntarios del CAAC con fecha del 26 de Noviembre del 2007.
- Recogida de firmas para reclamar mejoras de las instalaciones.
- Recogida de firmas para la readmisión de voluntarias expulsadas: Sara Parrilla (Noviembre 2008. http://www.firmasonline.com/1firmas/camp1.asp?C=1985)o sancionadas como Pilar Nieto (multada mientras paseaba un perro junto a otro voluntario que hacia lo propio,diari AVUI, pàgina 32. Dijous, 16 de juliol del 2009)

Todo ello puesto en marcha por ciudadanos conscientes que han denunciado el estado de CAAC en diversas instancias. Conocemos respuestas evasivas y demagógicas por parte de la administración, así como la asignación temporal de la gestión parcial a una entidad privada (Altarriba de Enero de 2003 hasta julio 2004.). Nos constan publicaciones científicas promocionales.(Gac Sanit v.17 n.6 Barcelona nov.-dic. 2003).

Sabemos de desafortunados enfrentamientos y de rencillas personales, pero sobretodo sabemos del penoso estado en el que están los animales. Un perro seriamente herido puede pasar cinco días sin atención veterinaria por que la acumulación de trabajo o la dilación en el cumplimiento de funciones ha impedido su registro de entrada. Un can con opciones firmes de adopción puede permanecer recluido días hasta que se formalice el “papeleo”. Obviamente quienes han podido observar esto no han tenido la posibilidad de recabar pruebas por falta de intencionalidad. El temor de la expulsión por desvelamiento de datos confidenciales (consta en el contrato como voluntario) consigue que no se sustituyan las labores pertinentes por la acumulación de indicios de irregularidad. Por otro lado no podríamos dar el nombre del perro por que no tienen, ni de la jaula por que van variando.
La entidad responsable del CAAC al tratarse de una institución pública, parece poder librarse de las sanciones merecidas por el incumplimiento reiterado de las normas de protección animal y de seguridad e higiene en el trabajo. La certeza de la imposibilidad de clausura por parte de instituciones superiores parece justificar tal desastrosa y prolongada situación. En justicia debemos reconocer tímidos esfuerzos de enmienda que son a todas luces insuficientes. De momento contamos con proyectos a largo plazo susceptibles de modificación.

Instalaciones:
- Las jaulas (o boxes) donde permanecen encerrados los animales son pequeñas, frías, y a pesar de ser regadas con agua a presión (normalmente con los animales dentro), suelen estar alfombradas por heces y orina. Aunque supongan un techo, las paredes no permiten una temperatura de confort y menos en las condiciones especiales de la ladera de la montaña de Collserola (una media en invierno de 6-8º C. con una humedad relativa que supera el 70%). En invierno no es extraño encontrar capas de hielo en los boxes y en los accesos. Los cubículos de descanso presentan los perfiles roídos y carecen de elementos textiles o aislantes que los hagan cómodos o cálidos. Cuando los voluntarios los proveen, éstos quedan inutilizados al empaparse y en pocas horas los animales vuelven a tener que sufrir el frío cemento. Durante años las jaulas contaron con un número pero no con los nombres de los perros, tras años de insistencia por parte de los voluntarios se ha conseguido que se empiecen a colocar algunos carteles en las jaulas con nombre, foto y características del animal. La desinformación sobre las características de los canes es total. No hay manera de saber el grado de sociabilidad de cada perro con respecto a sus congéneres o con respecto a los humanos. Sacarlos de las jaulas para proporcionarles un breve paseo resulta una aventura no exenta de riesgo para el voluntario y para el animal. Las puertas metálicas deformadas por las inclemencias del tiempo o los esfuerzos de los animales angustiados se remiendan aumentando los elementos cortantes.



- Existen cuatro zonas de jaulas: una línea frontal que da al Este, en las que se acumulan hasta media docena de perros. Una zona posterior más aislada que da al Oeste, en la que los ingresados tienen menos estímulos. Y la más grande, en la que las jaulas se suceden consecutivamente y enfrentadas creando dos pasillos estrechísimos en los que la deambulación de los animales resulta altamente estresante. Los perros que permanecen en la jaula y los que recorren esa estrecha franja necesariamente se desafían con agresividad pues supone una grave y recíproca violación del territorio. Perros potencialmente peligrosos comparten zona con canes atemorizados o de naturaleza sumisa que ven acrecentados sus temores. Las jaulas pequeñas, las más numerosas albergan canes de diversos tamaños. Las grandes son escasas aunque son los perros de mayor tamaño los que sufren mayor porcentaje de abandonos. La sobreocupación es la tónica general, el hacinamiento es la norma, pero las consecuencias no son pocas siempre en detrimento de la salud de los animales, los voluntarios y los trabajadores.
- El patio, donde algunos pocos animales pueden estirar las patas, es muy pequeño y está delimitado en algunos lados por placas de plástico ondulado de afilado perfil que los perros más ansiosos insisten en roer. Las mallas metálicas recluyen al animal pero son franqueables en su límite inferior y superior sobre todo en situación de estrés.
- Los utensilios para el paseo, por su escasez o mal estado, suelen ser proveídos altruistamente por los voluntarios. Un armario desordenado en la central de admisiones recoge piezas desvencijadas e inútiles.
- Se carece de una zona adecuada de higiene donde poder librar al animal de los nudos en el pelo, las uñas largas o la simple suciedad. Tampoco se cuenta con los productos, cepillos, tijeras, rasuradoras y material requerido. El mal aspecto de algunos de los internos redunda en su inadoptabilidad.
- Para bajar al paseo hay que descender por unas escaleras metálicas resbaladizas y oxidadas. La vacunación contra el tétanos se hace imprescindible. Que el único acceso a las instalaciones sea éste, viola los más rudimentarios principios de la accesibilidad.
- La zona de asignación de perros cuenta durante años contaba con un agujero de medio metro tapado burdamente por una plancha metálica combada., tras años de quejas por fin fue tapado ante el temor d e posibles sanciones ante una inspección. El pavimento de toda el área es sumamente resbaladizo y al ser zona de tránsito de todos los animales suele aparecer minada por las heces y orinas que los canes no hayan hecho en sus propias jaulas o no puedan retener para minutos posteriores.
- Otro pequeño patio junto a las instalaciones administrativas cuenta con hueco suficiente para que escapen los perros, en principio se puede temer por la seguridad de los mas pequeños pero incumbe a perros de más de 40 centímetros de cruz. Su uso está restringido y no permite ser un desahogo habitual para el inabarcable objetivo de confortar a todos los internos.
- La obligación de recoger las heces de los canes es de difícil cumplimiento por carecer de bolsas recolectoras y contenedores donde depositarlas una vez usadas. Tampoco ayuda la naturaleza líquida de muchas de ellas. El no realizar esta acción puede conllevar una multa de 120 € para la persona voluntaria por parte de la Guardia Urbana.
- El espacio de paseo es público, abierto al tránsito rodado, con lo cual hay que apartarse constantemente por vehículos que constantemente lo recorren, algunos a altas velocidades. La unidireccionalidad del recorrido provoca cruces frontales de los perros que van, con los que vienen con su correspondiente pico de tensión. El sobreesfuerzo que tienen que realizar los voluntarios para prevenir los envites redunda en la limitación de su eficacia y disponibilidad.
- No hay espacios sombreados donde sentarse y descansar, atendiendo al animal individualmente por unos minutos. No hay espacios de asueto controlado que permita liberarles por momentos de elementos que restringen su libertad.
- Cuando llueve los perros no salen, por que mojarse podría ser causa de enfermedad para ellos. Se carece de espacio cubierto de ejercitación, juego y paseo. En estas latitudes las lluvias suelen sucederse varios días consecutivos. No hay ningún lugar resguardado donde los voluntarios puedan compensar con juegos y actividad la falta de paseo.
- Si bien, no nos corresponde valorar el trabajo veterinario cabe decir que no pocos animales sufren diarreas persistentes. Que resulta casi imposible recibir una atención inmediata de los animales a los que se les observa una lesión o un síntoma anómalo.
- No conocemos la existencia de protocolos para la prevención y control de la leishmania. La previsible tasa de infección de los animales más ancianos es altísima y los cúmulos de agua estancada favorecen la proliferación de los mosquitos infectivos de los nuevos ingresados. A pocos metros de la entrada al recinto existe un charco fétido perenne, muchas veces oculto por los coches aparcados, pero con evidente potencial patológico.
- Existen divergencias sobre los criterios que justifican o no la eutanasia de algunos de los animales tanto por exceso como por defecto, no existe un protocolo específico para la eutanasia, sino un apartado dentro del "Protocol d'Atenció Veterinària". La enorme tarea que supone cumplir con el compromiso ineludible de esterilización, no permite a los profesionales atender diligentemente a los animales enfermos. Las enfermedades cuentan con una dimensión física y otra psíquica. Sólo la primera, cuando presenta unos síntomas notorios de gravedad y los voluntarios han insistido reiteradamente es valorada por los licenciados.
- Los perros son mantenidos separados o emparejados según criterios erráticos que causan no poco distress entre los afectados. Los instintos, comportamientos y respuestas de los animales determinados por su raza o por sus experiencias previas no son tenidos en cuenta creando un único y caótico ambiente que mina la salud de los canes.
- La disponibilidad de una única salida del área de perros provoca: acercamientos peligrosos entre canes cuando se produce la máxima afluencia de voluntarios. La acumulación de deposiciones por la natural incontinencia de los perros una vez liberados de las rejas (en su defecto el suelo permanece mojado o con el obstáculo de las mangueras de riego), momentos de máxima tensión complicados cuando hay visitas inexpertas que entorpecen el acceso. No digamos cuando hay menores visitantes.

El personal

Entendemos que las lamentables circunstancias laborales puede generar una dinámica desesperanzada y hostil que redunda en la mala atención y el incumplimiento de funciones (clara y utópicamente definidas en los protocolos de acceso público). Si bien, como es lógico existen excepciones, y con pequeños gestos algún profesional (cuidador, auxiliar veterinaria,...) ha podido dar muestras de conocimiento y preocupación efectiva sobre los perros, en general la impresión es de disgusto e impotencia.
Muchas de las iniciativas planteadas para la mejora de la calidad de atención de los residentes han sido boicoteadas por los trabajadores que han interpretado la asistencia a las necesidades de los animales como un molesto e indeseable incremento de trabajo. La coordinación para que se limpien las jaulas cuando los animales estén paseando, la asignación de un nombre a cada animal y la creación de un rótulo correspondiente, el mantenimiento de mantas o colchonetas donadas para la comodidad de los perros, la facilitación de la labor de los voluntarios o evitar que los perros se mojen o se sientan acorralados por el agua a presión, son tareas, que en éstas condiciones, se les antojan imposibles.
Las mangueras o los trámites administrativos están por encima de los animales. Una selección de personal más adecuada, una dotación mayor de medios y la creación de estrategias motivadoras y evaluadoras idóneas se hacen necesarias. La asignación de personas sancionadas judicialmente a ejercer trabajos para la comunidad tal vez no es una vía oportuna para reforzar la escuálida plantilla.(http://www.20minutos.es/noticia/30177/0/) El factor vocacional y la profesionalidad además de unas inspecciones efectivas podrían marcar la diferencia. Así tampoco nos parece muy legítima la práctica de promocionar la adopción por parte de otros Refugios o protectoras para maquillar los números (http://www.20minutos.es/noticia/164922/0/perrera/animal/adoptado/)

La participación de voluntarios
Uno de los pilares fundamentales para el funcionamiento del centro es la colaboración de voluntarios. Así lo ha reconocido entre otros la Sra. Mayol (REF:MO7111/6185) aunque como única medida haya adoptado la contratación de un profesional absolutamente inadecuado para el puesto. Los voluntarios procuran los únicos momentos de asueto y desahogo que tienen los perros. Eso siempre que no llueva, o que abarquen a todos los residentes en la estrecha franja. Los voluntarios detectan las anomalías en la micción, en las deposiciones, en la temperatura o/y el comportamiento. Los signos y síntomas de enfermedad no pueden ser valorados diariamente y en su totalidad por los profesionales aun así los voluntarios parecen un incordio que debe soportarse con resignación, no con un intercambio positivo en pro de un objetivo común.
Los voluntarios, como los animales, tampoco reciben un buen trato. Testigos incómodos de las graves irregularidades deben desviar la mirada y callar para poder seguir aportando su granito de arena en la atención a los animales. Las sugerencias son obviamente desoídas y no se descarta las sanciones e incluso la expulsión en caso reiterar la divergencia. Otra cosa es cuando las situaciones de tensión y la frustración ante el desastre llevan a la descalificación personal y la falta de respeto algo que desde éstas líneas condenamos sin fisuras.
Como cualquiera puede comprobar ser voluntario en el CAAC es en teoría fácil pero en todo lo demás es muy difícil:
- Inaccesibilidad Horaria: El horario tan restringido (de 10-14 y de 15-18 días laborables. Festivos sólo por la mañana)
- Menos del tercio de la jornada en días corrientes y menos de un sexto en festivos, impide que los pocos voluntarios existentes puedan sacar diariamente a todos los perros. Queda descartado que puedan gozar de dos salidas diarias repartidas convenientemente.
- La interrupción del mediodía contribuye a frustrar la consecución de completar el paseo. Sólo aquellas personas que tienen las mañanas libres pueden ofrecer sus servicios, quedando vetados la mayoría de los trabajadores.
- El horario desajustado a las opciones de trasporte, a la conveniencia de los animales y la disponibilidad de los voluntarios es un buen ejemplo de la falta de adaptación al epígrafe de Acogida.
- Inaccesibilidad física: Imposibilidad de acceso mediante transporte público. Los dos únicos autobuses son a todas luces insuficientes, uno por que es caro, inconstante y estacional (condicionado a la apertura de un parque de atracciones cercano) el T-2. No funciona de lunes a miércoles, ni en invierno, ni llega al CAAC antes de las 10.45. El A6 funciona sólo los días laborables pero llega bien 40 minutos antes de la apertura del CAAC (No hay lugar donde esperar ni es un enclave seguro) o 1.20 min. Antes del cierre al medio día. La carretera desde la Ronda de Dalt carece de arcén y el atajo presenta una pendiente y una irregularidad en el firme que lo hacen impracticable.
- Falta de coordinación e instalaciones de acogida al voluntario
- La falta de medios de acceso, de espacio de espera y descanso en el exterior del Centro, culmina con la ausencia absoluta de un lugar para el voluntario en el interior del CAAC. Sin taquillas, sin vestuario, sin duchas, sólo puede disfrutarse de una fuente de agua fresca y un baño usables exclusivamente en la horas de apertura, ni antes ni después aunque hayan profesionales en el interior del centro. No existe ni una marquesina donde cobijarse en los periodos de espera a los que la falta de vehículo privado puede relegar.



Muchos de los compromisos adquiridos en el nuevo documento de ingreso al voluntariado son incumplidos, ni se le proporciona un espacio para dejar las cosas mientras desarrolla su labor, ni se le reembolsa lo gastado para el desarrollo de la tarea, ni se solucionan las demandas realizadas. No es cierto que se facilite el dossier referido en el documento de ingreso como voluntario. No es cierto que se proporcione formación de forma sistemática ni básica, ni media, ni específica. El conocimiento y práctica de un protocolo de actuación idóneo para la recogida y entrega de los perros, la evitación de enfrentamientos, la identificación de señales de un ataque potencial y el desarrollo de una relación de confianza con los animales es tan fundamental como inexistente en la realidad. La posibilidad de recibir asesoramiento y realizar consultas a un etólogo debería estar entre los derechos del voluntario. Se supone que los voluntarios cuentan con un seguro contratado por la Agencia de Salut Pública, nadie parece saber con qué mutua o aseguradora está contratado. Los voluntarios y voluntarias que sufren algún tipo de percance son atendidos por una auxiliar veterinaria en primera instancia y deben buscar por su cuenta atención médica si es necesaria (debido a una mordedura, golpe o caída).
Hay una falta absoluta de coordinación por parte del responsable del programa de voluntariado, el titular de la empresa TASCA. Éste, en repetidas y cotidianas ocasiones ha demostrado que no es hábil ni con los perros, ni con las personas. Sustituye con una cierta afabilidad y anécdotas irrelevantes (algunas desafortunadas) lo que tendría que ser un adecuado proceso de integración al equipo de voluntarios. Su desconocimiento, torpeza y falta de interés, le lleva a delegar en otros voluntarios “su tarea” sobrecargándolos innecesariamente y complicando la incorporación de recién llegado. El cometido asignado por la institución contratante exige de un buen conocimiento de los perros. Un saber que permita al voluntario confiar en que su buena disposición se verá compensada con la realización de una buena labor. Saber cómo son los canes en general, y en concreto cada uno de los internos, es fundamental para introducir a los voluntarios y garantizar una buena gestión del tiempo y las energías. Contar con la información suficiente sobre los perros permite evitar ataques hacia el voluntario, entre los propios canes o el confinamiento innecesario de algunos de los perros y el abandono del deseo de ofrecer el propio tiempo. Hay voluntarios que dejan de colaborar por que se sienten perdidos. Hay perros que no salen casi nunca, o muy poco, por que causan falsas impresiones. No nos consta que haya un registro de los incidentes ocasionados por la incompatibilidad de unos perros con otros manejados por voluntarios carentes de asesoramiento por parte del responsable asalariado. Sabemos que a priori conocer los perros y sus ubicaciones es un propósito imposible, pero hay constancia de un voluntario que ha sido capaz de hacerlo al menos durante 6 años.
La falta de autoridad y confianza que inspira el técnico de voluntarios implica la ausencia de colaboración hacia el voluntario por parte de los trabajadores del centro (que según la normativa deberían contribuir a la integración y formación del voluntario) y por parte de otros voluntarios molestos con la situación. Las iniciativas apuntadas por el técnico carecen de credibilidad, atractivo o capacidad de convocatoria. Si se trataba de relanzar el voluntariado alguien debía haber especificado que el lanzamiento debía ser hacia dentro, no hacia la expulsión. Es difícil que los voluntarios que se acercan semanalmente a ofrecer sus servicios continúen con su buena intención una vez conocen la tarea, las instalaciones o al coordinador. Evidentemente y honor a la justicia reconocemos que el técnico no es la única causa de todos los males que aquejan a “la perrera”, pero sobretodo no contribuye en nada a aminorarlos.

La evidencia de las irregularidades materiales y personales y su persistencia en el tiempo demuestran, por parte de instancias superiores (en su momento el ahora exdirector Sr. Alejo García y en último término la Sra. I.sabel Ribas), una absoluta indiferencia. No hay ningún contacto de los responsables con los voluntarios podemos suponer que tampoco con las mascotas.

Conclusiones

Llevamos décadas en una situación de impasse en la que la única mejora significativa es la del cese del sacrificio indiscriminado de animales (2003) pero que no ha implicado una dignificación de las condiciones de vida.
La existencia de planes de reubicación desde hace más de seis años implica tácitamente el conocimiento de la penosa situación. La frustrante reasignación a una fundación externa de parte de los servicios da prueba de la dificultad en la gestión del dispositivo. La planificación y publicación de dos proyectos anteriores, ahora revocados, no contribuye a confiar en la realidad del tercer plan que está en un estado embrionario de gran fragilidad. La perpetuación de la situación actual y la aplicación de parches inadecuados (creación de documentos, selección de un profesional inadecuado para una difícil tarea) prueban insensibilidad, incompetencia o ambas cosas.
En el pasado reciente y dentro de los círculos de decisión política podemos recordar actuaciones titánicas que permitieron reconstruir el Liceo en 5 años como muestra de un verdadero interés. También podemos señalar dilaciones históricas como las de la inexistencia de una Biblioteca central de la Ciudad o la dilatadísima rehabilitación del Mercat del Born. El nuevo centro de Acogida toma visos de imitar ambos hitos de las intervenciones institucionales, con la diferencia de que no existe una red integrada de centros de acogida que cubra todos los barrios como si se da en los centros de lectura, o que en el Born no hay recluidos casi 300 animales.
Exigimos un replanteamiento que sitúe en el centro de las prioridades el animal de compañía en vías de reasignación de responsable acogedor; dejando atrás la perspectiva de “aparcar al animal fuera de la vía pública”. Si necesitan saber más sobre las mascotas como fuentes de salud les remitimos los trabajos de la Fundación Delta, los del prestigioso Dr. Sherpell o las publicaciones de la Fundación Affinity.
Por todo lo anteriormente expuesto,

Exigimos:

- La adopción de medidas evaluables de reducción del estrés de los animales y mejora de sus posibilidades de adoptabilidad. Desde una perspectiva realista se plantean mejoras básicas a corto plazo: coordinar las horas de paseo con las horas de limpieza de las jaulas, reorganización que impediría que los animales se mojen y se aterroricen con las mangueras a diario, distribución y cuidado de elementos textiles de confort, valoración de la asignación de los espacios según nivel de excitabilidad.
- Supervisión del cumplimiento de protocolos de cuidado y respeto de los internos, que actualmente se incumple de manera flagrante y reiterada.
- Restauración y mejora de los elementos muebles e inmuebles. Mejorar las condiciones de las jaulas, protegiendo a los animales de las inclemencias ambientales, proveerles de unas camas en condiciones, no las actuales “cajas de plástico”, correas y arneses en condiciones, colocar carteles con los nombres de los animales en las jaulas, mejorar las condiciones de higiene en general en todo el recinto…
- Mejorar las condiciones para los voluntarios: habilitar una sala/vestuario con taquillas, una marquesina o zona resguardada en la que poder esperar la apertura de las instalaciones. Reembolso real e inmediato de los de títulos de transporte públicos utilizados para llegar y del consumo de carburante de los voluntarios que acceden en coche particular. Ofrecer un servicio de minibus (similar al Bus de Barri) que realizase un trayecto desde Pça.Catalunya-CAAC / CAAC-Pça. Catalunya, 4 veces al día coincidiendo con los horarios de apertura y cierre del centro al voluntariado),…
- La incorporación de expertos en comportamiento animal (etólogo) para la evaluación de las implique una mejora urgente de las instalaciones y los accesos (que no se demore mientras se gestiona el inconsistente proyecto de construcción y traslado a un nuevo emplazamiento).
-Una evaluación de los profesionales no sólo según su formación académica o su asignación administrativa si no su disposición real, efectividad probada y competencia, ofreciendo la posibilidad a los funcionarios de realizar su labor en un lugar que le guste y donde realice mejor su tareas cumpliendo sus funciones con especial cuidado.
-Ante la escasez de voluntarios (y condiciones para los mismos) proponemos la contratación de profesionales para garantizar no sólo el paseo (especialmente de los GPP) y la atención del pelo, uñas y estado general de algunos animales que con ello mejorarían sus posibilidades de adoptabilidad.
-El acercamiento entre protocolos y realidad pasa por la provisión de medios y el recambio de aquello que no funciona. La renovación de las voluntades a costa, si es necesario de la renovación de parte del personal. Exigimos la intervención inmediata y eficaz que merecen los animales y los ciudadanos de Barcelona. Proyectamos agradecer las mejoras cuando éstas se produzcan.


[1] Jordi: Un perro veterano y muy bueno que murió en el CAAC la noche del 14 al 15 de Septiembre de 2009.

4 comentarios:

  1. Al empezar a leer el texto no habíamos imaginado que sería "tan Fuerte" lo que contáis en el informe.
    Nos gustaría que vuestro escrito pudiera llegar, no sólo a las personas que puedan acatar un principio de resolución del tema (ojalá), sino a toda la sociedad española, porque es una vergüerza realmente tener el CAAC funcionando así hoy en el 2009. Si la presión social puede movilizar alguna cosa, habría que espabilar la sensibilidad de la población catalana.
    (de parte de mi perro, que lo ha escuchado todo)

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  2. Demanava mes informació i en aquest article ja l'he trobat. I es molt pitxor del que em pensava. No es podria fer mes resó a traves dels mitjans de comunicació? Realment si tots veiessim aquestes imatges possiblement es veurien pressionats a accelerar l'obra de la nova gossera...no ho se, es tant inhumà

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  3. hace 5 años que adopte a mi perrita en el caac, la situación ya era mala pero no imaginé que llegarian a ese extremo; es muy triste, frustante, irritante... me quedo sin palabras... soy dueña de una tienda de animales, hago donaciones, recolectas, ofertas especiales en camas para poder donar camas en condiciones a las perreras... solo puedo decir que difundire este escrito, y que como siempre, seguiré dando mi pequeño granito de arena a los pobres animales abandonados... Gracias a todos los voluntarios que hacéis que estos pobres animales tengan un pequeño momento de alegria al dia.

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  4. Gracias a todos/as por el apoyo (nunca viene mal entre tanto palo) ;-)
    Seguiremos luchando hasta conseguir que mejoren las condiciones de los animales en el CAAC.

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